DESFILANDO.

La carrera de ayer fue redonda para los intereses de Fernando y de todos sus seguidores que queremos volver a verlo como campeón del mundo. En el mejor de los casos, haciendo una carrera perfecta, aspiraba al cuarto puesto, lugar que ocupaba antes de que los dos incidentes de carrera lo auparan hasta el segundo escalón del cajón. Pero había que estar ahí, cerquita de Vettel para que este siguiera al límite, y una vez que este erró -por causa propia o ajena-, seguir presionando a Lewis, aunque más lejos. El británico tuvo mala suerte al final de una muy buena carrera, como nos viene acostumbrando.
Por lo demás, muy poquito. El Gran Premio de cataluña lleva muchos años opositando al más aburrido del campeonato. Si para las motos resulta atractivo -el año pasado vimos el gp más decisivo del mundial-, para los f1 es un auténtico desfile militar. Van pasando coches, uno detrás de otro, y no hay nada más que ver. Los únicos adelantamientos posibles eran los que un coche de primera fila hacía a uno que rueda 6 segundos más lento, y aún así tocaba sudar.
Lo mejor, como hemos comentado, el resultado final. Hamilton ha firmado un 0, Vettel perdió posiciones y puntos, y fue solo Webber quién sumó más que Fernando. Todo correcto, pero toca espabilar porque los Red Bull vuelan, y los Mclaren tampoco parecen lentos.