Empezaba el blog a perder su idiosincrasia, y es que hacía ya muchos meses que mi hermano no disponía de un hueco para contarnos algo interesante. Hoy le ha tocado a Marouane Fellaini, más conocido por su físico, muchos quisieran para si esa mata de pelo, que por su fútbol. Gracias Lucas, y anímate más a menudo.
Cuando los ojos, como si fueran imanes, corren tras un futbolista que trabaja sobre el césped, es porque éste tiene algo que atrae la atención del que mira. Pueden ser muchos los aspectos atractivos: su despliegue, su cadencia, su técnica, su simpatía, su aspecto, su fuerza, su polivalencia… Todos estos los guarda muy adentro Fellaini.
Domina todas las facetas del juego, puede moverse por cualquier parte del campo, teniendo muy clara su misión en cada una de ellas, facilita el trabajo a sus compañeros, que siempre están más cómodos cuando el árbol les da sombra, y sobretodo hace disfrutar a quién se detiene a mirar el fútbol y ve a alguien que lo entiende de tan correcta manera.
Llegó a encandilar a los Toffees, que cada domingo iban al estadio con la peluca y la sonrisa cantando aquello de “saved by the Fell” (salvado por la campana, salvado por Fellaini, por su parecido con Screech) sintiendo que cada gol que hacía “el largo” era suyo, y es que el carisma se derrama por cada uno de los rizos de este personaje. No hay un solo vídeo que llegue a mostrar lo que quiero contar, su fútbol no puede simplificarse en 4 minutos a los que poner música, su fútbol se ve en los 90 minutos que dura un partido y la música que suena es la voz de su afición que lo hace ser más alto de lo que ya es.
Morito bueno
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