A LA SOMBRA.

Mucho, y casi siempre con razón, se quejan los clubes del montón de la repercusión que tienen los dos todopoderosos Madrid y Barcelona. Todo es desmedido cuando hablamos de estos dos mega-clubes. El modesto es lógico que se queje, debe llorar ante tal abandono social, a nadie le interesa, es triste. Pasa lo mismo con los futbolistas, y estos sufren más porque su ego no les cabe en el pecho, no saben donde meterlo. Y los pobres míos o juegan en una de estas dos superpotencias  o su repercusión es irrisoria. Sus horas de peluquería, de tiendas y de esteticien quedan expuestas tan solo a la loca de turno que va ese día al entrenamiento, el resto del mundo no lo disfrutamos, una faena. Y sufren estos futbolistas, y se quejan, quieren más protagonismo, quieren ser como Ramos celebrando el título, quieren poner caras guapas y quitarse las camisetas to sexis para que lo disfrutemos todos. Sin embargo tienen muchos privilegios pero esos no los pían. Si el mismo del que hablamos, "el chulo de Camas" -como él mismo se denomina- le da por hacer la entrada con la que se nos desmarcó el bueno de Negredo, va a la cárcel y tiene que dejar el fútbol profesional. Alvaro Negredo se pasó tres pueblos porque fue con mala intención pero sigue a la sombra de las falsas vueltecitas por Cibeles, nadie ha pedido su cabeza, nadie quiere quemarlo en la hoguera, a nadie le interesa el tobillo maltrecho de Nelson. Los secundarios son unos frustrados con mucha suerte, deberían intentar disfrutarla.