MOMENTOS DE GLORIA

Verano del 90. Apenas 14 años y con borrosos recuerdos ya, de dos mundiales anteriores.

España 82: naranjito, sus dibujitos animados, Paolo Rossi y algunas imagenes de Pichi Alonso corriendo con los pulgares hacia arriba y de Satrústegui regresando a su campo después de marcar el único gol contra los alemanes, partido que perdimos 3-1.

Mexico 86: el balón adidas azteca -una joya-, el robo contra los brasileños y unas declaraciones de mi padre que me impactaron mucho: "vamos Michel, que eres el mejor", siendo, como es , barcelonista de pro(mi padre).

Y tras larga espera, Italia 90. De este mundial son muchos los recuerdos. La pitada monumental a Diego, y como este maldecía a los italianos que pitaban su himno, el adidas etrusco, la parada de Goycochea en el penal y su posterior celebración y muchos más momentos que ya quedan más espesos en la memoria.

Pero de entre todos, tengo un recuerdo nítido y fresco de ese Mundial que nos queda tan lejos ya en el tiempo. Un delantero que nadie conocía, al que nadie esperaba y apareció sin avisar y arrasando. Toto Schillaci. Solo tuvo ese verano de gloria en su carrera deportiva, pero ¡que gloria! y ¡que verano!. La participación de Toto en ese mundial es el sueño de cualquier apasionado del fútbol. Todo fue perfecto para él , y su nación se rindió a sus pies.