BRIAN CLOUGH.

Debe ser muy difícil bregar con futbolistas de élite. El entrenamiento, la planificación, las sesiones, los análisis, lo fundamental pasa a un segundo plano y cobra importancia lo secundario, lo que se da por hecho, el buen trato entre profesionales, las buenas relaciones entre compañeros y para con el cuerpo técnico, en especial con el mister. Eso es lo más complicado.

Ayer me di de bruces con dos casos que confirmaron mis ideas; una peli interesante sobre el entrenador que hizo campeón de Europa en dos ocasiones al Nottinghan Forest y una entrevista en Ondacero a Diego Forlan. Tuvo un fracaso muy sonado este entrenador, con el Leeds, solo pudo entrenar 43 días, los que le dejaron sus jugadores, en especial su capitán. No lo querían y terminaron echándolo como pasa siempre. Y Diego empezó muy amable la entrevista pero cada vez que le nombraban a la bicha se ponía más grosero y altivo, más Diego Forlan.

Los entrenadores que logran triunfar, más allá de buenos o muy buenos trainers, son excelentes gestores de grupo, con un estilo u otro: Guardiola, Mourinho, Capello, Vicente del Bosque, Ferguson... Ahora bien, yo lo prefiero buen gestor de personas y buen profesional, que conste.