MAURO SILVA

“El futbolista es el único hombre que muere dos veces”.
Esta sentida frase solo puede pronunciarla un enamorado de su profesión. Un hombre que respire fútbol las 24 horas del día. Alguien que sienta este deporte no como parte de su vida, sino como la suya propia. Me emocionó mucho la frase, y aún más intensas fueron las sensaciones, cuando hace dos días escuché al personaje en cuestión hablar sobre ella y sobre el fútbol.
En este mundillo del fútbol la pureza brilla por su ausencia. La mayoría de nuestros ídolos son personajes que por unos motivos o por otros – el dinero- viven esclavos de sus miserias. No seré yo quién afirme que ser un famoso futbolista y un humano ejemplar sea fácil, a la vista está. Y es que ser ejemplar sin ser ni famoso ni futbolista sabemos lo lejos que nos queda. Pues exactamente por este motivo, Mauro Silva, siempre me cautivó, y además ¡qué futbolista señores!.
Hasta Mauro Silva veía el fútbol como un niño. Este mete goles, me gusta. No veía más futbolistas que los que me mostraban. Kiko, un íntimo amigo y un erudito de esto, me dijo recién llegado Mauro a España: “El Madrid tiene que fichar a Mauro Silva”. No dije nada y comencé a ojearlo, y desde entonces hasta hoy he sentido mucha admiración por él. El SuperDepor sin él hubiera sido solo Deportivo.
Su palmarés inmejorable, su profesionalidad intachable, y su frase para enmarcarla.