DEBE SER DIFÍCIL.

Son momentos complicados para Karim Benzema. Desde su llegada nada ha sido fácil, pero quizá sea esta su etapa más delicada. Muy pocos confían ya en el francés y es un blanco fácil y jugoso para prensa y aficionados. Lucas nos escribe su opinión sobre esta situación.

Formar parte de un grupo repleto de individuos que, desde el egoísmo que otorga el sentirse protagonista, quieren hacer valer lo colectivo. Debe ser difícil. Sobretodo cuando se carece de ese egoísmo, cuando por la sangre no corre la competitividad con el compañero y solo corre el balón, cuando no quieres ser más que quien te rodea sin dejar de ser tú mismo.

Saltar al campo siendo continuamente examinado, no solo en tu relación con la pelota, sino en tu relación con los compañeros y con las distintas circunstancias del partido; tu manera de correr, como respiras, cada uno de tus gestos. Debe ser difícil. Confiar en uno mismo, en tus valores, en tu forma de ser, frente a la falta de confianza que demuestran los que se visten como tú sobre lo verde y supuestamente tratan de darte ventaja ante quien juega contra ti.

Comenzar un partido tras otro sabiendo que quien te dirige no quiere que estés ahí y que tus partidos no duran 90 minutos. Debe ser difícil. Estar solo con tanta gente a tu lado. Sentir que el gol no es una alegría, sino un alivio.

Una gran película concluía con una frase: “Cuando era más joven quería cambiar el mundo. Ahora me conformo con que el mundo no me cambie a mi.”

Espero que nadie pueda cambiar la esencia de este fantástico futbolista. Sé que él hará que disfrute muchas tardes con su manera de entender el fútbol. Sé que cuando se sienta libre, sin las cuerdas blancas y ásperas que lo amarran, su sonrisa sincera aparecerá.