HUMILDAD Y PACIENCIA.

Hace cuatro años España se proclamó brillantemente campeona mundial de baloncesto. No solo alabamos el juego de los nuestros, espectacular casi siempre, también enaltecimos al grupo humano y a cada individuo. Humildes, honrados, trabajadores, llanos, compañeros, generosos... Y como aquí somos como somos no nos valía con rebosarlos de piropos, había que hacer algo más. La prensa con sus buenas intenciones, como siempre, aprovecho el momento para compararlos con la selección de fútbol. Encumbrando hasta la más alta cima a los más altos y hundiendo hasta lo más profundo a los más bajos.

Hoy viendo el transcurso del mundial de baloncesto, independientemente de los resultados, podemos observar como esas nobles y sencillas personas ya no lo son tanto. Su actitud para con el entrenador es vergonzosa. Si tenemos en cuenta que son conscientes que hay una cámara grabando, ¿qué no harán sin cámaras?

Ni unos eran tan buenos ni otros tan malos. El fútbol no crea malas personas, las crea los entornos, las influencias, la fama y los dineros. Exactamente eso es lo que no tenían estos grandullones hace cuatro años.