FÚTBOL 4. LA DECEPCIÓN.

Tan indescriptibles y gigantescos son los sentimientos de alegría que vivimos hace pocos días en el Bernabeu, como decepcionantes son los vividos esta noche. Tan alto se sube, como hondo se baja. Y todo , en ocasiones, sucede tan repentinamente que no sabes a que agarrarte. El fútbol, como la vida, hace y deshace a su antojo, y como la vida, es caprichoso para lo bueno y para lo malo, por eso nos gusta tanto.
Se pueden hacer muchos análisis de la eliminatoria, y después de todos, y algunos más, nada habrá cambiado. El resultado seguirá, para siempre, siendo el mismo, el Real Madrid quedó fuera de la Champions, una vez más, en los octavos de final, ante un buen O.L.
El partido de ida y su resultado han resultado determinates en esta eliminatoria, y es que a nadie se le escapaba que no haber marcado en campo francés podría acarrear problemas insuperables. Y así ha sido. El O.L. ha controlado el juego en la segunda mitad, y al igual que cada uno de nosotros se temía lo peor, los jugadores en el campo han comenzado a vislumbrar el peligro que les acechaba. Antes de poder reaccionar llegó el gol y el hundimiento.
Ahora más que nunca rompo una lanza por Pipita. No es culpable de nada, solo de dar lo máximo en todos los partidos que se enfunda la elastica blanca, a veces más acertado, a veces menos. Kaká sin embargo me tiene destemplado. No quiero echarle tierra encima, pero soy yo el que está de tierra hasta el cuello por apoyarlo. No termina de saber donde está y hacía donde va, una pena.
Ahora toca "disfrutar" de la Champions de otra manera, más tranquila, pero mucho más triste.