LOS CUATRO ERRORES.

Y otro que tal baila, Luisito Hamilton. Ayer noche se fue con los colegas a curvetear por Melbourne. Derrapadas, picadita de embrague... lo clásico. La poli lo trincó de bellón, le quitaron el carro y lo detuvieron unas horas. Fue bastante más rápido por las calles australianas que por el circuito, y es que se ha quedado fuera de la última calificación mientras su compañero si ha logrado entrar. Se equivocó Lewis.
Los Red Bull intratables, con un Vettel que mostró demasiadas veces el dedo índice hacia arriba, parece contrariado el alemán y le queda mucho que sufrir. Alonso, por el contrario, está más tranquilo que nunca y pilota como en sus mejores años, su rostro muestra seguridad y ambición. Bonito duelo mañana con Vettel P1, Webber P2 y Alonso P3. Rosberg, por escasas milésimas, volvió a ganarle la partida al Kaiser, que tampoco parece muy contento.
Se equivocó Casillas varias veces durante el partido contra el Getafe, como viene siendo habitual. Pero si tuviera que destacar uno de sus errores por encima de los demás sería el del feo gesto que le hace a un compañero suyo, a un canterano que pocos meses antes él mismo tutelaba. No es el mejor ejemplo el que dio Iker al chaval Parejo, que lo único que hizo es robarle la cartera y marcar gol, su obligación. Él se dedicó a hacer el payaso rematando la faena mandando a la mierda al canterano madridista. No me parece un gesto honroso y menos aún si viene del capitán del equipo blanco, debería medir más sus arrogantes gesticulaciones.
Se equivoca también Pellegrini en la rueda de prensa, tildando de desleal la jugada getafense. Lleva mucho aguantado el bueno del chileno, pero no debe perder su seriedad y su buenas maneras nunca, son su mejor aval después de su trabajo.
Y se equivoca Guardiola repitiendo una vez más, y no se cuantas van ya, el tan trillado tema del dinero. Suena a parapeto el excusarse una y otra vez en el dinero que se gastó el eterno rival, como si su equipo hubiese firmado futbolistas a precio de saldo. Creo que no debe ser él el encargado de recordar las cifras que el club de la Castellana gastó en rehacer su plantilla. Es más bien quehacer de currantes en la barra de un bar, o de simples aficionados en el foro de un blog, el suyo es otro trabajo, que por cierto sabe hacer muy bien. Va a resultar cierta la fama que tienen los catalanes con el tema de las perras...