VUELA EL GORRIÓN.

Ayer comenzaron los partidos de vuelta de los octavos de final de la Champions League. Las dos eliminatorias se presumían igualadas hasta el final de los 90 minutos, los resultados de la ida habían sido ajustados, 2-1. Uno de los dos enfrentamientos cumplió el guión, el Fiorentina - Bayern. El otro, el Arsenal - Oporto fue un paseo militar para los ingleses, 5-0.
Antes de comenzar los partidos le comenté a mi hermano que los portugueses se iban a llevar la eliminatoria, que iban a barrer al equipo inglés en su casa. Por cosas como esta, dejé hace tiempo mi afición a las casas de apuesta por internet, perdí entretenimiento pero gané dinero desde entonces.
El Arsenal jugó muy bien al fútbol y es que puso en liza a verdaderos peloteros. Roso, Diaby, Arshavin, Nasri... muy buenos futbolistas, y el francés metió un gol para enmarcar, os lo cuelgo. El ruso se exhibió ayer ante su afición.
La otra eliminatoria fue menos preciosista pero no por eso menos futbolística. Quiero decir, que se vio también mucho fútbol, diferente, pero no por eso de menos quilates. Jovetic, el joven montenegrino que nos presentó mi hermano hace ya muchos meses marcó por partida doble. Pero cuando todo pintaba a favor de los italianos, un hombre que no entiende de tácticas, sistemas, ni de compañeros, hizo un gol antológico que dio el pase a su equipo. Robben juega al fútbol como en el patio del colegio, y en el patio del colegio se veían grandes jugadas individuales y grandes golazos. Disfrútenlo