NO FUI YO.

Imagino que muchos culés de bien, que los hay, no sabían que pasaba cuando el arbitro paró el juego en ese corner, como la mayoría de jugadores que miraban incrédulos la decisión, me refiero a los del barca. Imagino también, y esta lucubración es más arriesgada, que a estos mismos culés de bien se les cruzaron sentimientos en milésimas de segundo al ver la jugada y la decisión arbitral. Alegría desbordada porque el partido empezaba a complicarse y este penalty se antojaba fundamental para encarrilarlo y cierto bochorno por lo ridículo de la decisión.

Llevo tiempo pensando que este tipo de decisiones son más perjudiciales que beneficiosas para el equipo que es favorecido. Teniendo sus opciones el Milán creo que el Barca es justo semifinalista, sin embargo ya hay coartada. El madridista ramplón, entre los que me incluyo según el día, ya tiene la coartada perfecta. Y claro al culé le molesta este rollazo de arbitros, cospiraciones, Mous, penaltys, trampas y demás avíos del puchero, jugando como juegan, corriendo como corren y dominando como dominan. Lo entiendo.