martes, 29 de mayo de 2012

TORMENTA.

Cuando el temporal arrecia, las olas se tornan gigantescas, y las gotas de lluvia son gordas como garbanzos cuentan las leyendas que son las ratas las primeras en abandonar el barco. Ante la posibilidad de naufragio la rata huye despavorida, derrapando por las esquinas como el mismísimo Butrón, corriendo que se las pela. Llegan cuando el barco está lleno de provisiones, hasta la corcha de alimentos, si hay botín hay rata. Pero con su barriguita llena, bailando de izquierda a derecha al compás de sus pasos, a la mínima firman y se piran. Y los habrá que piensen que son muy listas.

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