EL PARTIDO DE MI VIDA.

Nandi es muy culé, siempre lo ha sido, y muy futbolero, también lo ha sido siempre. Desde muy pequeño jugaba como los ángeles y ya, casi sin quererlo, imitaba a su ídolo dando geniales pases con la mirada en el tendido, donde en ocasiones estaba su padre. El sábado padre e hijo disfrutaron del fútbol a lo grande, Wembley, Barca, Champions, goles... este es su relato.

Y aún con los sentimientos a flor de piel, hasta ahora no puedo rememorar lo que viví el pasado sábado en tierras Inglesas.
Durante el día íbamos flotando por las calles, caminábamos, visitábamos... pero solo en cuerpo, la mente está vez iba por su camino y más si a cada instante se oían cánticos que me recordaban para que estaba yo allí!!.
Imposible evadirse ni un instante y disfrutar de esta ciudad con un encanto tan especial, esta vez aquello no era Londres, era donde al Barça jugaría la final de la Champions, podría ser cualquier otro rincón del mundo y yo tendría el mismo pellizco en el estómago.
Sensaciones indescriptibles al salir de la boca de metro “Wembley Park” y divisar esa maravilla arquitectónica llamada Wembley y esa inmensa marea de color blaugrana. Aun así mi padre no quiso comprarse una camiseta conmemorativa de la final en las inmediaciones porque quedaba el partido y lo que soñábamos una experiencia inigualable se podía convertir en la peor de nuestras pesadillas…observábamos todo, sin hablar sabíamos ambos lo que el otro pensaba y el campo se llenaba a cuenta-gotas porque el tiempo pasaba muuuuuuy despacio.
El interior impresionante, el césped perfecto, visión espectacular…cánticos ingleses y blaugranas se entremezclaban hasta el comienzo del match .La tensión de los primeros minutos no te deja centrarte en lo que estás viviendo, hasta que empiezas a disfrutar y si eras de este Barça mucho mas. Disfrutas del estadio, del momento, del fútbol, del frío, de los ingleses….del gol!!!!

“Eso hay que vivirlo”...cuantas veces habré escuchado esta expresión hasta que me ha tocado utilizarla!!! Fuera adrenalina y la emoción me iba embriagando en cada uno de los goles blaugranas, abrazos fuertes con todo aquel que gritaba a mi son… tras los nervios del día, la emoción del partido, los goles, Abidal, la orejona, we are the Champions, Blaugrana al vent….sí, había ganado el Barça y habíamos presenciado un espectáculo irrepetible que indudablemente permanecerá en mi retina para el resto de los años. Histórico.

Y mi padre se compró la camiseta conmemorativa…ahora si, y sonreía, sin hablar, solo sonreía y mirábamos el estadio al alejarnos ya con añoranza!! La felicidad era casi completa, ya solo me faltaba mi gente alrededor o poder teletransportarme a Rekoveko para seguir celebrando “el partido de mi vida”