FUTBOL 2. DE CINE.

El perfecto guión de una película americana, así resumiría el partido vivido ayer en el Bernabeu, pero en ningún momento de la trama sabías lo que iba a suceder instantes después, la peli era buena, muy buena.
Antes de explotar de júbilo con el gol del chiclanero, todos, equipo y afición, estábamos inmersos en un batiburrillo de emociones en las que empezaba a asomar la cabeza el sosiego, y es que habían sido muchas y muy diferentes las emociones vividas durante los 90 minutos que duraba aquel grandioso espectáculo. Un genio de Fuengirola ya nos puso en aviso: "90 minutis en el Bernabeu son molto longuis", y no le faltaba razón al bueno de Juanito, hay noches que son muy largos esos mágicos 90 minutos en ese majestuoso estadio.
Pero el fútbol nos quiso mostrar su mejor cara, se puso guapo, y todas esas intensas emociones se redujeron a la nada cuando Rafael, con toda su alma, empujó la pelota al fondo de la red. No sería capaz de describir la sensación vivida, única e irrepetible, pero seguro que muy parecida a la vivida por mis amigos - y hermano- que me arropaban a cada lado.
Mención especial merece Gutierrez, si no hace mucho expresé mis quejas sobre su eterna indolencia, ayer, una vez más, me demostró que su fútbol es tan vanguardista que puede descifrar desde el campo jugadas que nunca veré desde la grada.
También destacar el ejemplar comportamiento de los dos infiltrados que nos acompañaron, se que en el fondo, muy en el fondo, tienen un poso de felicidad por lo vivido por sus amigos, aunque hubieran preferido un guión más dramático.